[El amor] todo lo cree, todo lo espera, (1 Corintios 13.7)
En los pasillos profundos y privados de tu corazón, hay una habitación. Se llama la “habitación del reconocimiento”. Allí van tus pensamientos cuando encuentras cosas positivas y alentadoras sobre tu cónyuge. Y de vez en cuando, te gusta visitar este lugar especial. En las paredes, hay palabras y frases amables que describen los buenos atributos de tu pareja. Entre ellos, puede haber características como “sincero” e “inteligente”, o frases como “trabajador diligente”, “excelente cocinero” o “hermosos ojos”. Son cualidades que has descubierto con respecto a tu esposo o esposa, que se han grabado en tu memoria. Cuando piensas en ellas, el aprecio que tienes por tu cónyuge comienza a aumentar. En realidad, cuanto más meditas en estos atributos positivos, más agradecido te sientes por él. Es probable que la mayoría de las cosas de la habitación del reconocimiento se hayan escrito en las primeras etapas de tu relación. Podrías resumirlas como las cuestiones que te gustaban y que respetabas de tu amado. Eran reales, honorables y buenas. Y pasabas mucho tiempo en esta habitación pensando en ellas... antes de casarte. Sin embargo, quizá te des cuenta de que ya no visitas este cuarto especial con la misma frecuencia que antes. Esto se debe a que hay otra habitación cercana que compite con él. Al final de otro pasillo oscuro de tu corazón se encuentra la “habitación del menosprecio”, y por desgracia, también vas de visita allí. En sus paredes está escrito todo lo que te molesta y te irrita de tu cónyuge. Esto llegó allí por frustración, sentimientos heridos y desilusión de las expectativas sin cumplir. La habitación está cubierta de las debilidades y los fracasos de tu esposo o esposa. Sus malos hábitos, sus palabras hirientes y las malas decisiones están escritos con letras grandes que cubren la habitación de pared a pared. Si permaneces lo suficiente en esta habitación, te deprimes y comienzas a expresar frases como: “Mí esposa es sumamente egoísta” o “Mi esposo puede comportarse como un idiota”. O quizá: “Creo que me casé con la persona equivocada”. Algunas personas escriben frases cargadas de odio en esta habitación, en donde se ensayan los reproches para la próxima discusión. En este lugar, las heridas emocionales se infectan y añaden más comentarios mordaces a las paredes. Aquí se guardan las municiones para la próxima gran pelea, y la amargura se propaga como una enfermedad. Las personas se desenamoran en este lugar. Debes saber lo siguiente: Pasar tiempo en la habitación del menosprecio arruina los matrimonios. Allí se planean los divorcios y se preparan planes violentos. Cuanto más tiempo pasas en este lugar, tu corazón más deprecia a tu cónyuge. Esto comienza apenas entras, y el cariño por tu pareja disminuye con cada segundo que pasa. Tal vez, digas: “¡Pero estas cuestiones son reales!” Es cierto, pero también lo son las que se encuentran en la habitación del reconocimiento. Todo el mundo fracasa y tiene áreas que necesitan crecimiento. Todos tienen asuntos sin resolver, heridas y un bagaje personal. Es un aspecto triste del ser humano. Todos hemos pecado; pero tenemos la tendencia lamentable de minimizar nuestros propios atributos negativos mientras que colocamos bajo la lupa las fallas de nuestra pareja.
Vayamos a la verdadera cuestión. El amor conoce la habitación del menosprecio y no niega que existe. Sin embargo, elige no vivir en ella. Debes tomar la determinación de dejar de correr a esta habitación y pasar tiempo allí luego de cada incidente frustrante en tu relación. No te hace bien y consume la alegría de tu matrimonio. El amor decide creer lo mejor de las personas. Les da el beneficio de la duda. Se niega a completar lo que no sabe con suposiciones negativas. Y cuando nuestros mayores temores prueban ser verdad, el amor hace todo lo posible por enfrentarlos y seguir adelante. El amor se concentra en las cosas positivas lo más que puede. Es hora de comenzar a pensar de otra manera, de dejar que el amor guíe tus pensamientos. La única razón por la que deberías echar un vistazo a la habitación del menosprecio es para saber cómo orar por tu cónyuge. Y la única razón por la cual deberías entrar en esta habitación es para escribir “CUBIERTO POR AMOR” con letras inmensas en las paredes. Es hora de que pases a la habitación del reconocimiento, te instales y la transformes en tu hogar. Cuando elijas meditar en todo lo positivo, descubrirás que se podrían escribir muchas más cualidades maravillosas de carácter en estas paredes. Tu cónyuge es un libro vivo que puedes leer y leer. Hay sueños y esperanzas por cumplir. Hay talentos y habilidades que pueden ser descubiertas, como un tesoro escondido. Sin embargo, la elección de explorarlas comienza con una decisión de tu parte. Debes desarrollar el hábito de frenar tus pensamientos negativos y concentrarte en los atributos positivos de tu pareja. Es un paso crucial en el aprendizaje para guiar tu corazón a amar de verdad a tu cónyuge. Es una decisión que debes tomar, ya sea que tu cónyuge lo merezca o no.
El desafío de hoy
Busca dos hojas de papel. En la primera, dedica algunos minutos para escribir cualidades positivas de tu cónyuge. Luego, haz lo mismo con los aspectos negativos en la segunda hoja. Coloca las dos hojas en un lugar secreto para otro día. Hay un propósito y un plan distinto para cada una. En algún momento durante el resto del día, elige un atributo positivo de la primera lista y dale gracias a tu cónyuge por esa característica. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Cuál lista te resultó más fácil hacer? ¿Qué reveló sobre tus pensamientos? ¿Por qué atributo le diste gracias a tu cónyuge? Si algo digno de alabanza, en esto pensad. (Filipenses 4:8, RVR 1995)
No hay comentarios:
Publicar un comentario